placa Petri y pipeta herramientas de científico

Cómo la ciencia nos salvará (o no) de la sexta extinción masiva

Este es un artículo de invitado, también conocido como guest post, en lenguaje de marketing.

Es el primero de, espero, muchos más, e inaugura la serie José Enrique Pérez. 

Es profesor del departamento de Bilogía Molecular de la Universitat de València.

Además, de ser mi chico y el autor de casi todas las fotos de mi web.

¿Nos sirve la ciencia para la sostenibilidad?

Vivimos en una época en la que gran parte de la humanidad está muy preocupada por la sostenibilidad  y la degradación medioambiental de nuestro planeta y se plantea si la ciencia será capaz de paliar las consecuencias que provocan y van a provocar en la vida de todos los seres que lo habitamos.

Creo que los científicos podemos aportar ideas que contribuyan a solucionar, en alguna medida, los graves retos medioambientales con los que nos toca vivir hoy. 

El primer modo que tiene la ciencia de ayudar es detectando los retos y evaluando sus repercusiones.

Me parece que es evidente que los problemas ambientales han sido siempre descubiertos por científicos de diversas procedencias.

¿Por qué?

Porque los científicos nos dedicamos a observar el mundo que nos rodea de una forma analítica y crítica y a sacar conclusiones de ello.

Un buen ejemplo es el agujero de la capa de ozono de la atmósfera.

Fue detectado por los científicos Mario Molina y Frank S. Rowland en 1974, descubrimiento por el que recibieron el Nobel de Química en 1995.

También encontraron que la causa principal del mismo estaba en la liberación a la atmósfera de gases clorofluorocarbonos (CFC, usados en los aerosoles).  Gracias a eso se pudo llevar a cabo una campaña mundial para la eliminación del uso de estos gases que ha dado sus frutos y ha reducido considerablemente el problema.

https://www.bbvaopenmind.com/ciencia/medioambiente/que-fue-de-el-agujero-de-la-capa-de-ozono/

vista del cielo con rayo de sol que parece un agujero
Afortunadamente, esta imagen es un efecto óptico y no el famoso "agujero"

¿Nos sacará la ciencia de todos nuestros atolladeros?

El segundo modo en que la ciencia nos puede ayudar en resolver los líos medioambientales en los que los humanos nos metemos es buscando alternativas a los productos que se ha demostrado que son perjudiciales para el medio ambiente y la sostenibilidad.

Desafortunadamente, hay problemas ecológicos más difíciles de resolver que el del agujero de ozono, aunque los científicos hayan puesto su foco en ellos.

Por ejemplo, tenemos la grave situación de la generación de ingentes cantidades de plásticos y otros materiales de larga duración.

Ya sabemos que son muy útiles para la vida diaria, pero que, precisamente por su durabilidad, son muy complicados de eliminar.

O, la más grave amenaza que sufre la tierra desde la extinción del Cretácico-Terciario (hace 66 millones de años, la famosa extinción de los dinosaurios): el cambio climático generado por el aumento de la concentración atmosférica de CO2 y otros gases de efecto invernadero que está produciendo un aumento de la temperatura media del globo a una velocidad que nunca se había producido.

Ambos tienen mucho que ver con el aumento exponencial de la población humana y con el todavía mayor incremento del consumo energético y de los recursos finitos que conlleva.

La ciencia lleva ya muchos dando la voz de alarma, pero poco (o no lo suficiente) se ha hecho para remediarlo.

La solución para acabar con el agujero de la capa de ozono resultó ser relativamente fácil porque existían alternativas a los gases CFC.

Básicamente, la respuesta llegó debido a que no nos hizo falta dejar de consumir, ni renunciar a las ventajas de los gases propelentes o de refrigeración. Se buscaron otros que no eran peligrosos para el ozono.

Sin embargo, la sustitución de los plásticos o de los combustibles fósiles no es tan sencilla sin que tengamos que renunciar a nuestro estilo y nivel de vida actual.

La ciencia está trabajando en la búsqueda de alternativas sostenibles a ambos problemas que afectan al cuidado del planeta.

¿Cómo?

Por ejemplo, mediante la creación de nuevos materiales duraderos, pero biodegradables. O buscando fuentes de energía renovables.

De hecho, ya hay muchas alternativas a los materiales más contaminantes y a las fuentes de energía no renovables y más sucias.

Y contamos, también, con muchas líneas de investigación abiertas en múltiples universidades, centros de investigación, desarrollo e innovación. 

Afortunadamente, la sostenibilidad y la ciencia están en la agenda política y y en la mente de una cantidad de ciudadanos cada vez mayor y más críticos.

El problema es que no hay una única solución porque se trata de asuntos muy complejos. Tanto el de la sustitución de muchos materiales con usos diferentes como, todavía más, el de la sustitución del petróleo y el carbón por otras fuentes de energía.

Debemos tener claro que proponer soluciones sencillas a problemas complejos suele llevar a una falacia.

Debemos también asumir que la aportación de la ciencia será en múltiples frentes con contribuciones parciales.

¿Es la ciencia la nueva religión?

libro sobre el DNA y figura de cerámica de un belén
¿Ciencia versus religión? ¿O ciencia = religión?

La confianza en la ciencia es útil porque proporciona alternativas de forma mucho más eficiente que las creencias sin base lógica y experimental como la magia, la religión o las seudociencias.

Sin embargo, esta confianza ciega ha llevado a algunas personas, singularmente políticos y empresarios, a pensar que la ciencia nos salvará de todos los líos en los que los humanos nos metemos.

Voy a dar un par de ejemplos que evidencian cómo la ciencia supo encontrar soluciones a situaciones que parecían irresolubles.

Como ya he comentado antes, el caso de la desaparición del agujero de la capa de ozono se pudo solucionar con relativa rapidez.

Otro gran triunfo de la ciencia es lo que se conoce como la” revolución verde” de los años 40-70 del siglo pasado.

En aquella época las predicciones de aumento de la población llevaron a la idea de que sería imposible alimentar a un número continuamente creciente de seres humanos con las cosechas que se obtenían.

Sin embargo, los descubrimientos en la producción de fertilizantes y la mejora genética de variedades de cereales, llevadas a cabo por diversos estudios científico-técnicos, superó claramente el problema del temido colapso. Y así, la predicción maltusiana de la “bomba de la población” de P. Ehrlich no llegó a producirse. Afortunadamente.

(https://www.bbvaopenmind.com/ciencia/medioambiente/bomba-p-catastrofe-la-superpoblacion/).

Esta confianza en la ciencia, sin embargo, no puede convertirse en fe.

Porque:

Ciencia y realidad

Tenemos que confiar en la ciencia, como nuestra arma más poderosa para lucha por la sostenibilidad y la defensa del planeta.

Y también debemos conocer sus limitaciones.

Aquí os dejo una interesante entrevista a Antonio Turiel que explica claramente en qué punto estamos en la explotación de los combustibles fósiles y lo que implica.

https://www.youtube.com/watch?v=N2DFA-EX91A

La ciencia es y será nuestra mejor defensa para seguir sobre la faz de la tierra, pero no nos va a salvar de todos nuestros disparates.

Debemos actuar ya con criterios científicos para impedir lo que mañana, ni la misma ciencia será capaz de evitar: el colapso de la tierra y la sexta extinción masiva de los seres que habitamos en ella.

Sin duda, de esa extinción la vida saldrá, como siempre, adelante.

Con cambios, como ya lo ha hecho otras cinco veces.

La vida siempre se abre camino.

Pero, muy posiblemente, quienes no estaremos para verlo seremos los que habremos causado el desastre.

cabeza de esqueleto de dinosaurio
Imagen de OpenClipart-Vectors en Pixabay

Por cierto, si te interesa la sostenibilidad y lo que puedes hacer en tu día a día, aquí te dejo una lista de consejos fáciles.

¿Y tú qué opinas? ¿Crees en el poder ilimitado del conocimiento científico y en que conseguirá llevarnos a un mundo más sostenible? ¿O eres más pesimista en lo que respecta a nuestra capacidad de salvación y/o autodestrucción?

Me encantará saber tu opinión. Escríbeme a hola@viridilitterae.com con tus impresiones.

O déjame un comentario.

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¡Que las letras -y la ciencia- te acompañen!

2 comentarios en “Cómo la ciencia nos salvará (o no) de la sexta extinción masiva”

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